Las diferentes expresiones políticas, económicas y sociales de Panamá tienden a ser influenciadas de una u otra manera por el Canal de Panamá. Sin duda, el buen manejo del Canal, y de nuestra posición geográfica, incide sobre la integridad de la vida nacional. La vía acuática, desde la fundación de la República, hace más de un siglo, ha ocupado un lugar central en la vida de todos los panameños. Pronto habrá un cambio de administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) que preocupa a muchos. Desde principios del siglo XXI la contribución económica del Canal al erario público se ha multiplicado varias veces. A su vez, los sectores dominantes continúan depredando la cuenca poniendo en peligro el tránsito de barcos.
Noticias recientes destacan el conflicto entre la ACP y las autoridades de la Alcaldía capitalina, así como con la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), por la autorización de permisos de poca transparencia a empresas que quieren impulsar proyectos urbanos mal concebidos. Igualmente, el gobierno está a punto de quitarle a la ANAM los terrenos donde estaban los polígonos de tiro que usaban las fuerzas armadas de EEUU – de triste recuerdo - y entregarlas a la Policía Nacional. ¿Tendrá el gobierno la idea de convertir a los polígonos nuevamente en zonas de bombardeos y prácticas militares? Los polígonos están a un costado de las nuevas esclusas que se están construyendo.
La falta de un plan de desarrollo nacional por parte de los gobernantes se percibe también en la ausencia de debates en torno al futuro del Canal y sobre la declinación de los tránsitos de barcos y la resultante disminución de carga y peajes. Por primera vez en varios años, la tasa de crecimiento de las entradas por concepto de peajes disminuyó en junio del presente año, según cifras dadas a conocer por la Contraloría General de la República. La carga que pasó por el Canal en el mes de junio fue menor al mismo período del año pasado.
La razón que mejor explica esta situación es la pérdida de dinamismo en el comercio entre EEUU y la República Popular China. La recesión que afecta a la economía de EEUU le impide mantener su ritmo de importaciones de China. Panamá tiene que estudiar esta situación con mucho cuidado para determinar cual es la mejor política para enfrentar los efectos de la crisis global sobre la vía acuática. Si el comercio entre los dos gigantes disminuye afectará el Canal, las instalaciones portuarias y la Zona Libre de Colón.
El movimiento portuario experimentó una reducción relativa comparada con el año pasado. Una disminución de este tipo puede afectar a las otras áreas donde los financistas especuladores (nacionales y extranjeros) han hecho fuertes inversiones endeudando al país. Un frenazo de los tránsitos por el Canal podría traer consecuencias imprevistas para la economía de servicios de Panamá. Además, una percepción negativa de la situación puede asustar a los inversionistas extranjeros (tanto los legítimos como los de dudosa reputación).
La ACP enfrenta en estos momentos dos frentes conflictivos en el campo laboral. Uno enfrenta a los trabajadores que construyen las obras de ampliación del Canal y un consorcio empresarial internacional. La otra se encuentra dentro de la misma estructura sindical de la Autoridad del Canal.
Los trabajadores se quejan que las autoridades de la ACP ignoran a los representantes sindicales y negocian con un personaje que se hace pasar por sindicalista. Un comunicado de la Central Nacional de Trabajadores de Panamá (CNTP) denunció que la “Representación Exclusiva (de los trabajadores) está siendo afectada por la conducta poco ética de un señor Gabriel Ayú Prado. Mediante supuestas maniobras fraudulentas en asociación con otras personas usurparon la dirección del sindicato International Brotherhood of Electrical Workers IBEW, Local 397. Incluso, hubo retenciones irregulares de fondos de las cuotas de los trabajadores de la IBEW... (Las cuotas) aún no han sido pagadas pese a la existencia de una decisión de la Junta de Relaciones Laborales de la ACP”. La ACP tiene 12 sindicatos, heredados de los tiempos de la Comisión del Canal.
Igualmente, los trabajadores contratados por el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) - integrada por la española Sacyr Valle Hermoso, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la Constructora Urbana S.A. (CUSA) de Panamá - acusan a la empresa de abuso de autoridad y de extender la jornada de trabajo. El año pasado la empresa puso en peligro la vida de varios obreros. El consorcio internacional tiene un plazo hasta 2014 para dejar instaladas y funcionando las dos nuevas esclusas que le servirán a los barcos post-Panamax (hasta 160 mil toneladas de desplazamiento).
Mientras que el gobierno nacional está inmerso en sus asuntos de sucesión presidencial, el resto del país tiene que velar por sus intereses sin tener a la cabeza a quienes fueron elegidos para ese propósito. En esta coyuntura – apenas una década después de la entrega a Panamá de la administración del Canal – hay que proteger la cuenca, hay que asegurar los ingresos y, sobre todo, hay que respetar a los trabajadores panameños que laboran 365 días al año en esa institución de importancia estratégica para el país.
Panamá, 15 de septiembre de 2011.
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